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Escultura del apóstol Santiago como peregrino

El apóstol Santiago: de Jerusalén a Compostela

¿Quién es el apóstol Santiago?

Los Evangelios Sinópticos, hechos por los apóstoles, hacen referencia al apóstol Santiago con el nombre de Jacobo. Un apelativo procedente del hebreo (Ya’akov), que pasó al latín como Iacobus. Un nombre que a lo largo de la historia ha derivado en muchos otros, como Iago, Diego o Santiago.

El apóstol Santiago, también conocido como Santiago el Mayor, fue uno de los primeros discípulos en morir por Jesús. Perteneció a una familia de pescadores, fue hijo de Zebedeo y Salomé, y hermano de Juan Evangelista, también apóstol.

Era uno de los tres discípulos más cercanos de Jesús. Estuvo presente en dos de los momentos más importantes de su vida: la transfiguración en el monte Tabor y la oración en el huerto de los Olivos. Su cercanía con el Mesías le permitió ser testigo de su último milagro: su aparición, una vez resucitado, a orillas del lago de Tiberíades.

¿Cómo murió Santiago el Mayor?

En su lecho de muerte, la Virgen María recibió la visita de Jesús resucitado, quien le pidió que pasara sus últimos días rodeada de los apóstoles, dispersos hasta entonces por todo el mundo.

La Virgen cumpliendo la petición de su hijo se le apareció a Santiago, sobre un pilar en Zaragoza, para pedirle que acudiera a su lado. Actualmente, este milagro es venerado en la Catedral de Nuestra Señora del Pilar.

El Apóstol no dudó en acudir a Jerusalén para acompañar a la Virgen en sus últimos días. Y fue allí donde él mismo perdió la vida. En el año 42 de nuestra era, por orden del rey de Judea, Herodes Agripa I, Santiago el Mayor fue torturado y decapitado.

La Translatio

Según la leyenda, fueron siete discípulos de Santiago los que aprovechando la noche trasladaron en barca el cuerpo del Apóstol, siendo los dos discípulos más predilectos del Apóstol Anastasio y Teodoro. Desde Yafo o Jaffa, antiguo e importante puerto de Galilea, se embarcaron en un viaje que duró siete días y que los llevó hasta Iria Flavia (actual ciudad de Padrón, La Coruña) atravesando la Ría de Arousa. En los distintos escritos se relata que esto ocurrió en torno al año 44. Sin embargo, no existe consenso sobre una fecha exacta.

translatio del apóstol Santiago

Translatio del apóstol Santiago

Los discípulos llegaron a Hispania y dispuestos a encontrar el mejor lugar para darle sepultura se desplazaron hasta un castro tierra adentro. Allí se encontraron con la reina Lupa, personaje de la mitología gallega, que les aconsejó dirigir su petición de dar sepultura a Santiago al rey de la ciudad de Dugium. Sin embargo, este intentó matarlos.

A su regreso, la reina Lupa envió a los discípulos de Santiago al monte Ilicino, animándolos a coger una pareja de bueyes con los que desplazar el féretro. Pero no les avisó de que un dragón aguardaba los lindes del monte y que los bueyes eran en realidad toros salvajes. Cuenta la leyenda que el dragón pereció ante la señal de la cruz y que, tras varios rezos, los toros se amansaron y acabaron tirando del carro.

Pese a las grandes dificultades, los discípulos consiguieron habilitar un sepulcro para el Apóstol. El lugar elegido para depositar sus restos fue el paraje de Liberum Donum, donde construyeron una pequeña capilla. Según relata la tradición cristiana, los doce apóstoles fueron enterrados en el lugar donde fueron enviados a predicar. Con el paso de los años el mausoleo construido para los restos de Santiago se cubrió de vegetación.

Cuenta la leyenda que en el siglo IX, entorno al año 830, siendo Alfonso II el Casto, rey de Asturias, en el bosque de Libredón empezaron a escucharse voces celestiales y a verse luces extrañas, como estrellas. Un ermitaño llamado Pelayo fue el primer testigo, e informó del hallazgo a Teodomiro obispo de Iria Flavia. Guiados por el camino de estrellas llegaron hasta los restos de Santiago el Mayor.

El obispo informó al rey Alfonso del descubrimiento y organizaron un viaje al sepulcro de Santiago. Una vez llegaron al lugar mandaron construir una pequeña iglesia. Desde ese momento se establece el lugar como la tumba oficial del apóstol Santiago.

Una de las teorías más aceptadas recoge que el origen de la palabra Compostela vendría por tanto del latín “campus stellae”, campo de la estrella. Este relato fue publicado en la misma época para justificar la creación del peregrinaje a Santiago de Compostela. Se le conoce como la “invención” de Teodomiro y puede leerse en su Cronicon Irense.

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