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El Camino francés 27: de Sarria a Portomarín

Para el peregrino que inicia el Camino de Santiago en Saint Jean Pied de Port, esta es su etapa número veintisiete. Una jornada de veintidós coma cuatro kilómetros que en muchas ocasiones se convierte en la primera de los peregrinos.

De Sarria a Santiago de Compostela distan ciento doce kilómetros, por lo que cumple el requisito de recorrer al menos cien kilómetros a pie para obtener La Compostela. Desde este punto, cinco etapas separan al peregrino de la Catedral de Santiago. En esta jornada, la ruta Jacobea se aleja de la carretera y se adentra en la Galicia más rural.

Sarria

La actual ciudad de Sarria tiene su origen en Vilanova de Sarria, una villa real fundada por el rey Alfonso IX a finales del s. XII. Sin embargo, en este territorio existía previamente un poblado de origen prerromano, tal y como demuestran los numerosos restos arqueológicos. La presencia romana en Sarria estuvo condicionada por su proximidad a Lugo, la antigua Lucus Augusti.

En 1280, la villa contaba con dos iglesias, dos ermitas y un monasterio. Las peregrinaciones hacia Santiago de Compostela permitieron que Sarria se desarrollara y cobrara importancia. A finales del s. XVI, se funda el Hospital de peregrinos de San Antón, activo hasta 1821. Actualmente alberga un juzgado.

Entre los edificios religiosos destaca la iglesia de Santa Mariña, del s. XIX. El templo actual sustituye a una iglesia románica del s. XIII de la que solo se conserva un dibujo de la portada y un capitel. Otro de los templos de la localidad es la iglesia de San Salvador. Una construcción de estilo gótico que data del s. XIII, y donde antiguamente se enterraba a los peregrinos.

Pero, sin lugar a duda, el monumento más representativo de Sarria es el Monasterio de la Magdalena. Un conjunto que data del año mil doscientos y que fue fundado por un grupo de monjes italianos. El monasterio fue reconstruido en el s. XVI, y debido a ello en su estructura pueden apreciarse numerosos estilos artísticos.

Claustro del Monasterio de la Magdalena

Claustro del Monasterio de la Magdalena

Entre las edificaciones civiles destaca la Casa del Batallón. Un recinto que conserva el único vestigio de una antigua fortaleza del s. XIII que presidía Sarria. Durante varios siglos la fortificación se encargó de proteger a los peregrinos, y de la que solo se conserva la torre suroeste.

Camino a Portomarín

El peregrino inicia la jornada en la rúa Maior de Sarria, que asciende hasta un mirador adornado con un crucero. Trescientos metros más adelante, el Camino llega al Convento de la Magdalena, un edificio gótico-renacentista regentado por los Padres Mercedarios.

La ruta desciende después junto al muro del cementerio. El río Celeiro aparece en el camino, y se salva por el Ponte Áspero, un puente de origen medieval. Tras cruzarlo, el Camino continúa por una tramo de tierra paralelo a las vías del tren, que cruzamos por un viaducto un kilómetro después.

El peregrino debe salvar un arroyo por una pasarela de madera y afrontar un duro repecho que sube hasta As Paredes. El enclave cuenta con un castro de origen prerromano. La ruta continúa por un sendero que conduce hasta las localidades de Vilei y Barbadelo.

Este último pueblo cuenta con la iglesia de Santiago, un Monumento Histórico Nacional que data del s. XII. Al salir de Barbadelo, la ruta Jacobea transcurre por una pista hasta las aldeas de Rente y Mercado da Serra.

Iglesia de Santiago en Barbadelo

Iglesia de Santiago en Barbadelo. Foto: Turismo de Galicia

El Camino cruza la carretera y avanza hasta una fuente coronada por un Peligrín, la mascota del Año Santo de 1993. Poco después se alcanza Molino de Marzán. El enclave solo cuenta con un molino del año 1920 restaurado como albergue.

Después de cruzar de nuevo la carretera, el peregrino llega a Leiman y un poco más adelante a Peruscallo. A partir de este punto, el Camino continúa por una zona de arroyos con veredas de piedra para cruzarlos. En seguida se alcanza las localidades de Cortiñas y Lavandeira, y más adelante Brea.

En este pueblo se encuentra el mojón número cien, que indica que tan solo quedan cien kilómetros para llegar a Santiago de Compostela. Unos metros más adelante se entra en Morgade. En el pueblo, se encuentra un pequeño templo donde los peregrinos dejan en notas de papel su experiencia durante el Camino.

Más adelante, la ruta Jacobea se adentra en el Concello de Paradela. El primer enclave que se alcanza es Ferreiros. La carretera lleva a través de una fuerte pendiente hasta Mirallos, donde se encuentra la iglesia de Santa María, un templo románico del s. XII.

Por el asfalto se llega a la pequeña localidad de A Pena. Tras cruzar por otros enclaves como Couto y Rozas, el peregrino alcanza el mojón noventa y seis, y asciende por una senda. Tras girar a la izquierda en el primer cruce, se llega a la aldea de Moimentos y posteriormente Mercadoiro.

En este último enclave se conservan algunos vestigios de una calzada romana. La próxima aldea es Moutrás, y tras superar una cuesta y continuar por una pista asfaltada, el Camino se adentra en Parrocha y Vilachá. Esta es la última perteneciente al Concello de Paradela. Un descenso acuciado conduce hasta el río Miño. Un puente romano de más de trescientos cincuenta metros acerca al peregrino al fin de su jornada, la villa de Portomarín.

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