Lesiones producidas por el frío
El peregrino que realiza el Camino de Santiago en los meses de invierno debe tener en cuenta que la temperatura puede jugar en su contra. La Ruta Jacobea atraviesa varias zonas de montaña, y para protegerse, lo mejor es resguardar bien del frío los dedos de las manos y pies, las orejas y la nariz.
Para ello se recomienda utilizar prendas de lana, plumas o fibras sintéticas, incluso en las condiciones más duras. Mantener bien abrigada la cabeza es fundamental, dado que por ella se pierde gran cantidad de calor. Además, comer y beber lo suficiente, sin excesos, es el tercer factor para tener en cuenta para protegerse del frío.
En caso de permanecer mucho tiempo expuestos a una temperatura muy baja, el peregrino se arriesga a que los vasos sanguíneos de estas partes del cuerpo se estrechen. Este es un mecanismo automático con el que el cuerpo se asegura de enviar sangre a órganos vitales como el corazón o el cerebro.
Sin embargo, esta autoprotección conlleva un precio: que se enfríen con más rapidez todas las zonas más externas de nuestro cuerpo. Esto puede provocar algunas lesiones en el cuerpo que en ocasiones producen daños irreparables.
Hipotermia
La hipotermia se produce cuando se tiene una temperatura corporal anormalmente baja. Esto puede producirse debido a una pérdida del calor más rápida que el tiempo que tardamos en quemar energía para reponerlo. Los más proclives a padecer una hipotermia son los ancianos y los niños, aunque nadie es inmune de sufrirla.
Causas
Una manera de perder calor es por convección a través del frío o del viento. Otra es la pérdida de calor por conducción, al estar sentado durante un largo tiempo en una superficie fría, estar vestidos con ropa mojada o estar inmersos en agua helada.
Síntomas
La hipotermia se produce gradualmente y de manera sutil sin que la persona se dé cuenta. El movimiento se vuelve lento y torpe, el tiempo de reacción es más lento, la mente se nubla, la persona no piensa con claridad y tiene alucinaciones.
Quien sufre hipotermia puede caerse, caminar sin destino fijo o simplemente recostarse para descansar y quizás morirse. Si la persona está en el agua se mueve con dificultad, se rinde y finalmente fallece por ahogamiento.
Tratamiento
En caso de que el peregrino sufra hipotermia, el primer paso es poner ropa seca al paciente y darle a ingerir bebidas calientes. En caso de encontrarse en un albergue, también se puede duchar con agua templada e ir aumentando su temperatura progresivamente.
Si la persona está inconsciente, envolverla en ropa seca de abrigo y trasladarla urgente y directamente a un hospital. Lo ideal es intentar llamar a emergencias para que se efectúe un traslado profesional. Sin embargo, si el afectado se encuentra en un lugar muy inaccesible para que acuda una ambulancia o advirtiesen que podría tardar un tiempo excesivo en llegar, se debe trasladar con sumo cuidado al paciente con el fin de no producirle un ritmo cardíaco irregular (arritmia) puesto que podría ser mortal.
Congelamiento parcial
Es una lesión producida por el frío en la que algunas partes de la piel se congelan, pero no resultan dañadas de forma irreversible. Las zonas de la piel congeladas se vuelven blancas y duras, posteriormente se hinchan y producen dolor. Seguidamente la piel puede desprenderse, tal como sucede después de una quemadura solar.
Estas superficies afectadas pueden quedar sensibles al frío durante meses o años. Si el congelamiento es leve basta con calentar la zona, si es grave se debe actuar con el mismo tratamiento que en el congelamiento.
Congelamiento
La lesión por congelamiento es producida por la disminución del flujo sanguíneo y por la formación de cristales de hielo en los tejidos. Debido a esto una o más partes del cuerpo resultan permanentemente dañadas.
La piel congelada adquiere un color rojizo, el miembro se hincha y produce dolor, hasta que finalmente se vuelve negro, esto es, se necrosa debido a que mueren las células de las zonas congeladas. Dependiendo del grado de afectación por congelamiento, el tejido puede llegar a recuperarse o se gangrena.
Las personas con una circulación deficiente debido a la arteriosclerosis (engrosamiento y endurecimiento de las paredes arteriales), debido al tabaquismo o a algunos trastornos neurológicos son más propensas a este tipo de procesos. El congelamiento también puede producirse por un efecto físico. Este es el caso de aquellas personas que lleven guantes o botas muy apretadas.
Tratamiento
Debemos envolver en una o varias mantas al paciente, también podría ser útil un saco de plumas. Si se trata únicamente de un miembro congelado, lo debemos sumergir en agua caliente no más de 40 grados centígrados.
No se debe frotar a la víctima con nieve, ni sentarla frente al fuego o un foco térmico de excesivo calor. Como un primer tratamiento se tiene que dar a ingerir bebidas calientes. La zona dañada debe lavarse con cuidado, secarla bien, para posteriormente envolverla en gasas estériles y vendarla sin compresión, para evitar las infecciones.
Tan pronto como sea posible, se debe llevar al paciente a un hospital, con el objeto de que valoren su situación y apliquen el tratamiento adecuado. Una posibilidad es la cirugía para limpiar el tejido muerto y en ocasiones es preciso amputar el miembro. En el mejor de los casos la recuperación es lenta durante varios meses.
El peregrino puede pretender caminar con los pies congelados hasta llegar a un lugar seguro, sin embargo, una vez que los pies entran en calor el dolor puede ser insoportable. La deambulación puede producirle grandes daños.
Sabañones
Los sabañones son dolorosas sensaciones de frío o quemazón en partes del cuerpo que han estado congeladas. Se producen por una exposición al frío aunque no sea muy intensa. Son difíciles de tratar y persisten durante años.
Pie de inmersión
El pie de inmersión es una lesión que se produce por la acción del frío, cuando un pie permanece en un calcetín o botas mojadas durante días. El pie se vuelve pálido húmedo y frío y la circulación se debilita. Puede acabar en una infección.
En caso de infección, hay que suministrar antibióticos y administrarle a la persona la vacuna antitetánica o un “recuerdo” de la misma, si ya está vacunado. El tratamiento consiste en secar, limpiar y calentar suavemente el pie. El miembro debe mantenerse en posición elevada. Este proceso raramente se produce en las manos.