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Cabo finisterre en Galicia

Más allá del Camino: los mágicos parajes de Galicia

El Camino de Santiago atraviesa Galicia por dos de sus provincias, Lugo y A Coruña. Desde la etapa 24 hasta Santiago de Compostela, el peregrino disfruta de los paisajes por los que la Ruta conforma su trazado.

Sin embargo, en apenas siete etapas, el peregrino alcanza su destino. La naturaleza de Galicia es mucho más amplia que la zona montañosa y los extensos prados que el Camino recorre. Por ello, se recomienda que, una vez se visite la tumba del apóstol Santiago, se dediquen unos días a descubrir los mágicos parajes de la Comunidad.

Lugo

La provincia de Lugo es la primera que recorre el peregrino en Galcia. En su extremo norte, las aguas del mar Cantábrico bañan sus costas. Uno de los espacios más emblemáticos de la zona es la Playa de las Catedrales. La fuerza del agua y el transcurrir del tiempo ha dejado a su paso un conjunto de arcos y bóvedas esculpidos en el acantilado. Para disfrutarlos solo hay que esperar a que baje la marea.

Playa de las Catedrales.

Playa de las Catedrales.

A poco más de 16 kilómetros de la ciudad de Lugo se encuentra el Bosque da Fervenza. Robles de más de 300 años y grandes alisos flotan sobre las aguas del río Miño. Catalogado como Reserva de la Biosfera, es uno de los bosques inundados más importantes de la Península Ibérica. En el Bosque están señalizadas varias pistas que invitan a caminar y disfrutar del encuentro del agua con los árboles.  

A Coruña

La ciudad de Santiago de Compostela se encuentra en la provincia de A Coruña. Por ello, una vez que se visita la tumba del Apóstol y la ciudad, conocer sus enclaves más destacados se vuelve imprescindible.

La costa de A Coruña se baña tanto del mar Cantábrico como del océano Atlántico. El cabo de Estaca de Bares es el punto geográfico más septentrional de la Península y la división oficial del mar y el océano. Desde su faro, el peregrino puede contemplar las vistas y disfrutar de la inmensidad de las aguas.

Además, varias rutas migratorias de especies marinas y terrestres pasan por Estaca de Bares, por lo que se convierte en un enclave idóneo para verlas volar. Se calcula que más de dos millones y medio de aves pasan al año en dirección oeste, siendo el alcatraz común la más usual.

Siguiendo en dirección sur, el peregrino se adentra en la Costa da Morte. Dentro de los enclaves señalados de su territorio se encuentra el Cabo Finisterre. El peregrino que quiera alargar su Camino desde Santiago de Compostela, puede afrontar cuatro etapas más hasta este punto. A 80 kilómetros de la ciudad del Apóstol se encuentra lo que los romanos consideraron el fin del mundo.

Otra de las maravillas naturales de Galicia en A Coruña y la Costa da Morte es Fervenza do Ézaro. Es una de las cascadas que conforma el río Jallas en su desembocadura en el mar. Se localiza en el municipio de Dumbría y la caída de sus aguas desde 40 metros de altura se puede disfrutar en cualquier época del año. El río Jallas es el único europeo que desemboca en el mar en forma de cascada.

Fuera ya de la Costa da Morte se encuentra el Parque Natural del Complejo Dunar de Corrubedo. Dejando atrás el paisaje de escarpados acantilados, el peregrino se encuentra con una gran duna móvil de arena blanca. El entorno acoge a tres mil aves acuáticas, entre las que destacan las cercetas, los zarapitos y los patos cuchara. Además, el peregrino puede sorprenderse con la aparición de alguna nutria.

A 20 kilómetros de Santiago de Compostela se encuentra Padrón, una localidad muy ligada al Apóstol. Las aguas del río Sar pasan por el pueblo hasta desembocar en el Ulla. Siguiendo el fluir del río, el peregrino llega hasta la Ría de Arousa, ya entre la provincia de Pontevedra y A Coruña.

Pontevedra

La provincia de Pontevedra cuenta con un gran atractivo natural. El mar se adentra en su costa a través de la desembocadura de varios ríos conformando las famosas Rías Baixas. La más ligada al Camino de Santiago es la ría de Arousa. A través de ella, los discípulos de Santiago el Mayor trajeron su cuerpo a la Península y le dieron sepultura.

Junto a esta, la ría de Corcubión, la de Muros y Noya, la de Pontevedra, la de Aldán y la de Vigo completan las Rías Baixas. Los tramos de acantilado se alternan con grandes extensiones de arena, lo que convierte a las Rías en el enclave perfecto para bañarse en las aguas del Atlántico.

A parte del atractivo natural, las Rías Baixas ofrecen a Pontevedra el marisco fresco y el pescado que caracteriza la gastronomía gallega. En la Ría de Arousa se cultivan las famosas almejas de Carril, el berberecho y el mejillón.

Islas Cíes

Islas Cíes.

Pontevedra cuenta además con el Parque Natural Islas Atlánticas de Galicia. Las islas Cíes, con el arenal de Roda; la isla de Ons, con cuevas marinas esculpidas en granito; la isla de Sálvora, cargada de leyendas e historias marineras; y la isla de Cortegada, a la que se puede llegar a pie cuando baja la marea y que posee el bosque de laurel más grande de Europa, así como una atractiva historia.

Otra de las islas más turísticas de Pontevedra, aunque fuera del Parque Natural, es la de La Toja. Se encuentra en la ría de Arousa, y está conectada al continente por un puente. Lo mismo ocurre con la isla de Arousa, la cual cuenta con un parque natural y abrigadas playas.

Frente a la isla de Arousa se encuentra el islote Areoso. Es una zona natural protegida de 9 hectáreas de arena fina. Tiene la apariencia de una duna sumergida en el agua y a su alrededor crece un arrecife a flor de agua.

Alejado de la costa se encuentra el Parque da Natureza do Río Barosa. El río Arga es el gran protagonista de este espacio. Antiguamente sus aguas ponían en movimiento una serie de molinos que aún se conservan.

Ourense

Ourense es la única provincia gallega que no tiene mar. Por ello, la naturaleza que puede disfrutar el peregrino en su territorio se conforma de bosques y montañas. Al suroeste de Ourense, en la frontera con Portugal, se encuentra el Parque Natural Baixa Limia – Serra do Xurés.

Parque Natural Baixa Limia – Serra do Xurés, naturaleza de Galicia

Parque Natural Baixa Limia – Serra do Xurés.

En este espacio natural conviven lobos, corzos y caballos salvajes desde hace dos mil años. Están señalizadas varias rutas de senderismo y otras que pueden hacerse en coche. Desde sus miradores, el peregrino puede avistar al águila real, que cuenta con un programa de protección en el Parque.

Pese a no poseer costa, el peregrino que quiera disfrutar de las aguas de Ourense tiene que visitar sus piscinas termales. En pleno Centro Histórico de la ciudad de Ourense, se encuentran casi 200 metros cuadrados de aguas termales al aire libre.

Los manantiales de As Burgas son el emblema de Ourense, y llevan siglos utilizándose con fines terapéuticos, religiosos y de ocio. Sus aguas alcanzan una temperatura de hasta 60ºC, pero se enfrían hasta los 38ºC para que los peregrinos puedan bañarse en cualquier época del año.

Otra forma de disfrutar del agua en Ourense es visitando las Pozas de Melón. El río Cerves conforma numerosas cascadas y pozas naturales en las que refrescarse durante los meses de verano.

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