Picaduras de abejas, avispas y avispones
Las picaduras de abejas, avispas y avispones son muy frecuentes en el medio rural de España. El Camino de Santiago atraviesa bosques y prados, y, en ocasiones, transcurre de forma paralela a ríos y riachuelos. Por estos parajes abundan los pequeños insectos, y el peregrino debe tener en cuenta la posibilidad de sufrir una picadura.
Una persona sin alergias ni patologías puede tolerar sin problemas hasta 10 picaduras por cada medio kilo de peso corporal. Es decir, un adulto puede soportar más de 1000 picaduras. No obstante, una única picadura puede producir la muerte debido a una reacción anafiláctica.
Las personas alérgicas no toleran el veneno que inyectan los insectos. Una sola picadura puede llegar a provocar un mal funcionamiento cardíaco y, posteriormente, el colapso del sistema circulatorio que lleva a la muerte si no se trata rápidamente.
Una avispa asesina
El romero jacobeo se puede encontrar con cierta facilidad a lo largo de su peregrinar una visitante intrusa no deseada: la Vespa Velutina. También denominada, vulgarmente, como avispa asiática o avispa asesina.
Esta es una especie invasora proveniente del norte de la India y de China que llegó a la ciudad francesa de Burdeos a bordo de un carguero. En 2003, entró en España extendiéndose por el País Vasco, Galicia, León y Cantabria. Su ritmo de ocupación en la Península es de 50 kilómetros/año.
Galicia es la región con mayor presencia de la avispas asiáticas. Este insecto construye sus nidos en sitios soleados, al lado de las paredes, debajo de pisos o aleros de las casas, en los árboles, en las plantas, riberas de los ríos y agujeros subterráneos.
Las picaduras de la avispa asiática suelen ser más mortales que las propias de la zona. Al ser más grandes inyectan una mayor cantidad de veneno. Normalmente, pueden llegar a ser mortales en personas alérgicas o enfermas, a quienes les es más factible que les sobrevenga un shock anafiláctico en pocas horas.
Cómo identificarla
Se identifica fácilmente por su color y tamaño. El color es negro con segmentos amarillos y anaranjados y su tamaño es mayor que el de las avispas y abejas autóctonas. La reina de estas avispas puede llegar a medir 3,5 cm de largo y las obreras 2,5cm, uno y dos centímetros más que la avispa común (Vespula Vulgaris).

Vespa Vetulina o avispa asesina.
Sintomatología
La reacción a la picadura de la avispa asiática es casi inmediata. Puede producir dolor, hinchazón, picor corporal generalizado, incluso en la garganta. Los ojos y la piel de la zona afectada se muestran sumamente enrojecidos. El dolor es intenso en el lugar de la picadura y suele durar una o dos horas.
La hinchazón puede aumentar a causa del veneno a lo largo de las siguientes cuarenta y ocho horas y, normalmente, permanece a lo largo de siete días. El enrojecimiento desaparece a los tres días. También puede cursar con náuseas, vómitos, diarrea, problemas para respirar, ansiedad y pulso acelerado.
Tratamiento
Si eres alérgico o te aparece una sintomatología importante de la que se ha mencionado: acude con suma rapidez a un centro sanitario y mientras llegas a urgencias toma un antihistamínico como el Polaramine. Los alérgicos a las picaduras siempre deberían llevar en su botiquín comprimidos de antihistamínicos y una jeringa ya cargada con adrenalina, la cual bloquea las reacciones anafilácticas o alérgicas.
Las abejas, avispas y avispones pueden dejar su aguijón en la piel al picar. Por ello, se debe rascar suavemente con una aguja esterilizada la superficie cutánea hasta hacerlo salir. Nunca se debe tirar del aguijón ni retorcerlo para sacarlo, de esta forma podría introducirse más veneno.
Un cubito de hielo sobre la picadura reduce el dolor. La pasta de dientes es un remedio casero que mitiga el dolor y que está al alcance del peregrino. También es útil aplicar cremas que combinen un antihistamínico, un analgésico y un corticosteroide.
Las personas que han tenido una gran reacción alérgica a una picadura de abeja pueden ser sometidas a un proceso de desensibilización, que podría evitar nuevas reacciones en el futuro. La desensibilización es un proceso por el cual el cuerpo es expuesto a pequeñas cantidades de la sustancia que le provoca una respuesta alérgica (alérgeno), hasta que dicha respuesta desaparece.