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Picaduras de insectos

Picaduras de insectos, ácaros, garrapatas, ciempiés y milpiés

Insectos

En la época estival los mosquitos acompañan molestamente a los peregrinos en su caminar, por algunos de los parajes del Camino de Santiago. Sin embargo, no son los únicos. Entre estos insectos comunes que pican y a veces succionan sangre se encuentran también los tábanos, las pulgas, los piojos, las chinches y ciertas variedades de chinches de agua.

Las picaduras de estos insectos pueden resultar irritantes debido a los componentes de su saliva. Producen diversas reacciones, desde pequeños bultos a úlceras con inflamación y dolor. Pero como siempre, las reacciones más graves tienen lugar entre las personas alérgicas o en los que contraen una infección tras ser picados.

Para los alérgicos estas picaduras pueden resultar mortales.  Por ello, es necesario limpiar la picadura y, si es posible, aplicar un ungüento que combine un antihistamínico, un analgésico y un corticosteroide con el fin de aliviar la picazón, el dolor y la inflamación.

Los alérgicos deben de estar atentos por si tuvieran que buscar atención médica inmediata o usar su equipo de urgencias para alergias. En su botiquín siempre deben llevar comprimidos de antihistamínicos y una jeringa previamente cargada de adrenalina para afrontar una posible reacción a la picadura de estos insectos.

Ácaros y garrapatas

Frecuentemente, los ácaros son los causantes de infestaciones en las zonas rurales de España. Producen erupciones, acompañadas de un picor intenso, debido a las larvas del ácaro localizadas bajo la piel. También son los causantes de otras afecciones como la sarna. La gravedad de los efectos sobre los tejidos que rodean la picadura es muy variable.

Peregrinos sufriendo picor por picaduras

Las infecciones producidas por ácaros se tratan aplicando cremas que contengan permetrina o una solución de Lindano. Posteriormente, es conveniente usar en ciertos casos pomadas con corticoides durante algunos días, con el fin de aliviar el prurito (picazón) hasta que todos los ácaros hayan sido eliminados.

Por su parte, las garrapatas transmiten diversas enfermedades y algunas son venenosas. La picadura de algunas especies produce inicialmente pérdida del apetito, debilidad muscular, falta de coordinación, movimientos oculares involuntarios hacia un lado (nistagmo) y, al final, parálisis progresiva, que comienza desde las piernas hacia arriba. Los músculos que controlan la respiración también pueden paralizarse. Aunque las garrapatas que conviven en nuestro hábitat, raramente pueden llevarnos hasta este tipo de situaciones.

Las garrapatas deben sacarse lo antes posible. Resulta más sencillo sacarlas de la piel aplicando gelatina de petróleo u otro irritante sobre ellas, o bien arrancarlas lentamente con unas pinzas. La cabeza de la garrapata, que puede no salir unida a su cuerpo, debería sacarse también porque puede causar una inflamación prolongada o incluso penetrar aún más en los tejidos.

La parálisis que produce la garrapata no requiere tratamiento, pero si la persona presenta problemas respiratorios, es posible que sea necesario recurrir a una terapia con oxígeno o bien con un respirador artificial. Los corticoides inyectados ayudan a reducir la inflamación en los casos graves. Es habitual que las llagas se sobreinfecten pero, en general, se curan con ungüentos que contienen antibiótico.

Ciempiés y milpiés

Algunos de los ciempiés de mayor tamaño pueden picar y producir gran dolor, además de hinchazón y enrojecimiento alrededor de la picadura. Los ganglios linfáticos que rodean la zona picada se inflaman pero, en general, no se producen daños ni infecciones en el tejido. Los síntomas rara vez duran más de 48 horas. Los milpiés no pican, pero pueden secretar una toxina irritante para la piel y, en casos graves, dañar el tejido.

La aplicación de hielo sobre la picadura de ciempiés suele aliviar el dolor. Las secreciones tóxicas de los milpiés deberían eliminarse de la superficie cutánea lavándola con agua y jabón; no es recomendable utilizar alcohol. Si se produce una reacción cutánea, debe aplicarse alguna crema con corticoides. Las lesiones oculares tienen que ser lavadas con agua (irrigadas) de inmediato y se deben aplicar en los ojos ungüentos específicos que contengan un analgésico y un corticosteroide.

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