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Quemaduras solares

Prevención y atención de las quemaduras solares

¿Qué son?

Por más que parezca saludable, el bronceado es peligroso, no es sinónimo de salud. Las quemaduras solares se producen por un exceso de exposición a los rayos ultravioleta B (UVB). Durante el Camino de Santiago, sobre todo en lo meses de verano, el peregrino se expone durante toda la jornada. En ocasiones, la Ruta Jacobea transcurre por parajes sin sombra que impiden al peregrino resguardarse de los rayos de sol.

Dependiendo del tipo de pigmento que cada individuo tenga en su piel y del tiempo de exposición solar, las quemaduras provocan que la piel se vuelva roja, se inflame y produzca dolor a las horas o al día siguiente.  A continuación vienen las ampollas y la descamación de la piel.

¿Cómo se previenen?

La contestación a esta pregunta es obvia: alejándose de la radiación intensa y directa de la acción solar. Sin embargo, para el peregrino es imposible no someterse a la radiación solar a lo largo de su camino.

  • Se recomienda que el romero madrugue lo más posible con el fin de acometer su etapa diaria evitando las horas de mayor radiación solar. Debido a la inclinación de los rayos solares, las peores horas para exponernos al sol son entre las 10 y 15 horas.
  • Es muy aconsejable que, en época estival, la prenda que cubra el tronco y las extremidades llegue hasta las muñecas y que tape el cuello. Además, se recomienda que posea la propiedad de ser repelente de la acción de los UVB.
  • Frecuentemente se descuida la protección de las piernas de los UVB. Por comodidad se tiende a usar pantalones cortos, sin reparar en que las piernas también están recubiertas por la piel. Para afrontar el Camino, es muy aconsejable utilizar pantalones largos elásticos de lycra, de los que se suelen utilizar en la vela ligera o en el surf. Además, si las prendas son de color blanco mucho mejor, dado que este color repele mejor la luz solar.
  • Para proteger la cabeza, se recomienda el uso de un gorro de ala ancha que tape las orejas y el cuello y que no filtre los UVB. En cuanto a las gafas de sol, deben garantizar la filtración de los UVB. Siempre es recomendable adquirir las lentes en una óptica para asegurar sus propiedades.
  • Las zonas desprotegidas como las manos, nariz u orejas se deben recubrir generosamente de factor de protección solar cincuenta. Una acción que se debe repetir cada dos horas, con el fin de mantener siempre un alto el nivel de protección. Finalmente no hay que olvidarse de los labios, protegiéndolos con alguna barra labial específica adquirida en farmacia.

Cuidado con bajar la guardia los días nubosos, con niebla o nieve, la radiación UVB sigue estando ahí y se pueden producir quemaduras. Además, hay que tener en cuenta que la nieve refleja la luz solar y amplifica la exposición de la piel a los UV.

¿Qué podemos hacer si nos quemamos?

Ante cualquier hormigueo o enrojecimiento de la piel podemos utilizar compresas de agua fría en las zonas enrojecidas, con el objeto de aliviar el dolor. Pero si las quemaduras no son muy graves, otra vía para evitar el dolor consiste en aplicarnos una crema hidratante de las muchas que podemos encontrar en la farmacia.

La piel quemada por la radiación solar se cura por sí sola en unos días, pero su total curación puede durar semanas. La quemadura en las espinillas es muy molesta y sana muy lentamente. Debemos tener presente que la parte de nuestra piel que no tenemos normalmente expuesta al sol, posee poca pigmentación y por lo tanto las quemaduras en estas zonas son mucho más graves.

Una de las funciones de la piel es protegernos de las infecciones y si la piel está quemada podemos quedar desprotegidos ante una infección. Una vez que mudamos la piel quemada, las nuevas capas que afloran son muy delgadas y sensibles a la radiación durante varias semanas, por ello debemos protegerlas del sol con especial esmero.

La sobreexposición solar puede también producir fiebre, escalofríos y debilidad y si la quemadura es muy grave, la persona puede entrar en shock o hipotensión arterial, desvanecimiento y en un estado de profunda debilidad. En caso de tener cualquiera de estos signos, se debe acudir a un centro médico.

Efectos en el tiempo de la radiación solar

La exposición solar continuada durante años envejece la piel produciendo arrugas y una coloración amarillenta, siendo la etapa más perjudicial la exposición antes de los 18 años. Hay que tener presente que la piel de las personas rubias es más delicada que la del resto de la gente. La radiación solar continuada puede producir formaciones precancerosas y un mayor riesgo de poder padecer un cáncer de piel como el carcinoma basocelular o un melanoma.

¿Qué son las reacciones de fotosensibilidad de la piel?

Algunas personas al cabo de unos minutos después de la exposición solar le aparecen ciertas reacciones poco frecuentes como enrojecimiento, descamación, urticaria, ampollas y una formación de placas engrosadas y descamativas.

La causa más frecuente de estas alteraciones es la utilización de ciertos fármacos, como algunos antibióticos, diuréticos y antifúngicos. Estas reacciones de fotosensibilidad también pueden ser producidas por jabones, perfumes a base de ciertas esencias de plantas o bien por la brea de carbón para el tratamiento de la caspa.

Existen algunas patologías como el lupus eritematoso sistémico y la porfiria que también pueden favorecer la aparición de la fotosensibilidad. Pero estas reacciones son rarísimas en personas que se exponen al sol durante todo el año. Cuando aparecen este tipo de reacciones de la piel a la luz solar lo mejor es consultar al médico.

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